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Alpha (Osorno)

On-line version ISSN 0718-2201

Alpha  no.41 Osorno Dec. 2015

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-22012015000200020 

RESEÑA

Jorge LAGOS CAAMAÑO. Interpretación semiótica de un drama contemporáneo. Arica: Universidad de Tarapacá, 2014, 101 pp.


El libro de Jorge Lagos constituye un acabado estudio sobre la aplicación del método semiótico literario como marco teórico en la lectura de El concierto de San Ovidio de  A. Buero Vallejo, proponiendo que, aun cuando el análisis crítico de la obra literaria desde una perspectiva semiótica es más propia del estudio del discurso narrativo, un análisis del texto dramático desde esta perspectiva provee al lector (modelo) de una base teórico-práctica que le permite realizar —de acuerdo con la perspectiva del crítico— la formalización estructural del texto, para luego proceder a su interpretación semántica y pragmática, lo que le permitirá identificar algunas de las posibles  reacciones  y acciones  del lector/espectador (empírico) frente a lo representado en el escenario.

El estudio de Lagos se sustenta en el paradigma metodológico de análisis semiótico literario adoptado por José Romera Castillo sobre la base de lo propuesto por  Charles Morris, entre otros; planteamiento que distingue tres instancias para el análisis de la obra literaria desde una perspectiva semiológica: concretamente, el análisis morfosintáctico, el semántico y el pragmático, ámbitos dentro de los que Lagos analiza el drama de Buero Vallejo haciéndolo extensivo a otras obras del mismo autor.

Para el nivel de análisis morfosintáctico, Lagos propone tres pasos metodológicos: la determinación de las secuencias con autonomía propia, la identificación de las funciones de los segmentos y el establecimiento de los acontecimientos en que los actores-actantes participan.

En relación con las secuencias, Lagos sugiere la existencia de dos tipos: la secuencia de funciones, dividida en funciones distribucionales e integradoras, que incluyen núcleos, catálisis, indicios e informaciones; y la secuencia de acciones, que se manifiesta en el deseo, la comunicación y la participación; instancias en las que se observan las relaciones Sujeto/Objeto, Remitente/Destinatario y Auxiliar / Oponente.

Dentro de este contexto, Jorge Lagos ve El concierto… como una obra cuya estructura temática se caracteriza por secuencias de continuidad, que consisten en la realización de una fechoría —el aprovechamiento de los ciegos del asilo de Quince Veintes— por parte de un agresor-engañador (Valindin), quien lucra a costa de un grupo de no videntes a quienes explota y humilla inescrupulosamente, acción que es resistida por un oponente (David, líder de los ciegos), quien en un acto de retribución planea y consuma el asesinato del empresario agresor, acto que da origen a una nueva fechoría, esta vez protagonizada por la anterior víctima, quien ahora (por ser agresor) es ejecutado en retribución por el asesinato de Valindin, acto que cierra  la secuencia.

En este estudio morfosintáctico de El concierto… Jorge Lagos no ha escatimado esfuerzo ni erudición en la formulación de su hipótesis, aplicando conceptos fundamentales del formalismo ruso y estructuralismo literario, sugeridos por Barthes, Todorov, Greimas, Eco, Morris, Hozven y otros, lo que queda demostrado en su análisis de El concierto... donde discute detalladamente los elementos fundamentales  del análisis estructuralista de la obra literaria aplicados a la obra de Buero Vallejo, prestando especial atención —como ya se ha dicho— a las Secuencias y Funciones de núcleo, catálisis, indicios e informaciones y en particular a la cuantificación de los acontecimientos o acciones en que intervienen cada uno de los actores, sujetos a las reglas referidas a los ejes del deseo, comunicación y participación.

Descritas ya en el primer capítulo las relaciones signo-signo, en la segunda parte del estudio de Jorge Lagos se aborda el análisis semántico de El concierto… para así determinar cuál es el significado del texto desde la relación signo-objeto, considerando en el análisis la valoración artística de la obra y su relación con la ideología que la subyace. Lagos hace suyo el pensamiento de Todorov en cuanto a definir el significado de la obra a partir de los contenidos de la misma, entendiéndose por  “contenido”, según Todorov, equivalente al concepto de “significado” de Saussure.  Así, siguiendo a José Romera Castillo,  Lagos propone estudiar las relaciones de los signos con su denotata (objetos, conceptos, relaciones) mediante tres perspectivas relacionadas entre sí: lo social, lo dialéctico y lo simbólico.

En el subnivel social —citando a Hernán Vidal— Lagos sostiene que uno de los aspectos de mayor relevancia en este análisis radica en las visiones del mundo presentes en la obra, especialmente en aquellas que vinculan el texto con la cultura y la realidad social que la conciben. Así, dentro de este contexto, Lagos describe cuatro instancias de  carácter social que se hacen presentes mediante los personajes en la obra, concretamente, el Clero, los Mendigos, los Intelectuales, el Negociante, la Policía y la Monarquía, instancias que según el crítico permiten identificar algunos aspectos de la realidad sociopolítica contingente, siendo su mérito más relevante el mostrar los efectos positivos y negativos del sistema social en los personajes que se mueven en la sociedad representada por Buero Vallejo.

Consecuente con su hipótesis, Lagos analiza en forma detallada las características del sistema social representado en la obra por medio de la conducta de los personajes de El concierto… En primer término, el crítico describe el rol social del Clero que emana del texto, que, según se desprende de sus acciones, es una entidad  que rige los destinos del Hospicio, donde pese a gozar de bienestar económico y social, restringe al máximo la satisfacción de las necesidades de los no videntes residentes. Por otro lado, los Mendigos (ciegos) son representados como seres nacidos para rezar, que sin perjuicio de su discapacidad, deben participar del proyecto de la orquestina autorizado por la Priora a petición del inescrupuloso empresario/negociante Valindin.  Respecto de la policía, son los dos guardias los que arrestan y acusan de homicidio a David, configurando un escenario social en el que, según Lagos, concurren la Iglesia, el poder económico y la justicia para someter y abusar de una cuarta instancia (los ciegos), carente de influencia social, económica y política.

En el nivel simbólico, Lagos identifica dos tipos de código: un primer tipo que es establecido por el conjunto de obras de un mismo autor,  que puede o no ser de carácter universal y un segundo tipo que establece códigos universales, reconocidos por la cultura. Lagos ilustra el primer tipo de código aludiendo al carácter simbólico de los rezos que se escuchan durante la negociación entre Valindin y la Priora en el Hospicio, rezos que representan lo “conservador”. Luego, el crítico menciona la “ceguera” como símbolo de la desgracia y la desdicha, a la vez que también representa la ineptitud del hombre para desarrollar en forma plena su personalidad y encontrar un significado a su vida.

En el subnivel dialéctico, Jorge Lagos plantea dos preguntas medulares para entrar a este terreno del análisis de El concierto… ¿cuál es la razón de viajar al siglo XVIII y traer desde el pasado un hecho social  como es el abuso en perjuicio de aquellos que no tienen poder económico ni político? y si ¿es esta una estrategia evasiva o un enfrentamiento indirecto con la realidad social y política de la cultura de la España de Franco? Para responder a estas incógnitas, Jorge Lagos sigue a Antonio Prieto y su concepto de “Fusión Mítica”, proceso que al reunir un argumento mítico con un personaje de las mismas características, resulta en conductas y hechos que pudiendo haber sido reales o no,  rescatan el tiempo resultante de un ayer y un hoy, creando una atemporalidad que permite (al autor y al lector/espectador) evadirse del tiempo actual y eludir las posibles consecuencias de un enfrentamiento directo con las directrices de quienes ostentan el poder político, emergiendo de este ejercicio lo que Lagos llama una homología indirecta entre la monarquía francesa de Luis XV y la dictadura de Franco en España, escenarios en los que prevalece la ausencia de libertad, la desigualdad, el empobrecimiento y la explotación en un sistema social donde la Iglesia prefiere ignorar o incluso obtener dividendos de la situación de crisis moral, política y económica imperante.

En el nivel pragmático, el análisis de Lagos parte precisando que las relaciones signo-sujeto en su análisis serán aquellas que ponen en contacto al autor y sus lectores, en este caso espectadores, incluyendo en esta relación al lector-investigador, aun cuando esta relación se encuentra implícita en la interpretación semiótica del texto.  Lagos pone énfasis respecto de considerar que en su propuesta de análisis pragmático de El Concierto… está interesado en la interpretación que pueda hacer en primera instancia  el “lector empírico” hasta alcanzar la del “lector modelo” de Eco o  “lector implícito” de Iser, cuyas lecturas permitirían dar cuenta de las estructuras, significados y sentidos  del texto. Así, dentro de este contexto —como “lector empírico” que busca al “lector modelo”— Lagos discute el trasfondo artístico social y político de Buero Vallejo, cuya trayectoria ciudadana e intelectual fue de oposición al franquismo, caracterizándose  por ser un autor sincero y honrado y fiel a sus principios éticos y morales, principios  que permean toda su obra, incluyendo El concierto...

Dentro de este contexto, Lagos sugiere que la temática que subyace al planteamiento ético-estético de la obra de Buero Vallejo es la problemática social, siendo su sentido por un lado encontrar una solución vital a los problemas planteados al hombre y por otro, la posibilidad que exista una realidad trascendente a su existencia.  El análisis pragmático de Lagos está enmarcado dentro de la primera temática, la que es abordada en relación con la lucha de David por vencer los obstáculos que debe enfrentar para desarrollarse en plenitud y así acceder al conocimiento (leer) para eliminar las barreras que separan a los ciegos del resto de la sociedad. En forma paralela a esta propuesta, Lagos plantea  la función disruptiva de la secuencia de eventos de la obra por parte del personaje Valentín Haüy, que sería la única instancia —dentro de la obra— capaz de comprender la situación de los ciegos, lo que queda en evidencia cuando en el episodio del café este se opone a la humillación de que son objeto los miembros de la orquestina que intenta ejecutar piezas musicales en el negocio de Valindin y que por su protesta ante la vejación de los no videntes, es expulsado del recinto por la policía. El caer en cuenta Haüy del drama que conlleva la ceguera, emerge un personaje que, a diferencia de los otros —que no generan emoción en el espectador, sino que más bien  tienen la misión de mostrar cómo funcionaba la sociedad prerrevolucionaria en Francia—, el personaje Valentín logra despertar un sentido de identificación por parte del espectador respecto de lo representado y así, en cierta medida, sería el único personaje capaz de una reacción catártica y tal vez generarla en el espectador, al ser identificado como el único personaje motivado por el sentido ético de encontrar una solución vital a los problemas del hombre (la ceguera) y un sentido a su vida. De esta forma, según Lagos, siguiendo el principio fundamental que caracteriza la tragedia de Buero Vallejo, que es  la esperanza, y que en este caso se ve materializada en una realidad concreta treinta años más tarde, cuando Valentín Haüy reconoce que el sentido de su vida partió de aquel incidente en el café, cuando los ciegos fueron insultados y humillados por la manipulación de parte del inescrupuloso empresario Valindin, ayudado por la Priora del Hospicio de  Quince Veintes.

En el análisis de nivel pragmático, como en los enfoques morfosintáctico y semántico, la perspectiva de Jorge Lagos de El concierto... es innovadora. En efecto, la focalización de su argumentación se aleja de los parámetros de análisis de la forma dramática tradicional para proponer una “lectura”  semiótica de la tragedia, cuyo efecto estaría más cercana a una catarsis externa a la obra que a una interna. Así, según Lagos, sin perjuicio de existir una reacción catártica dentro de la obra, cuando Valentín es profundamente tocado por el grotesco espectáculo de los ciegos en el café, el crítico postula que la catarsis se produce fuera de obra, en los lectores-espectadores, quienes no responden solamente a lo que ven en el espacio y tiempo representado en el escenario, sino que ante sus propias percepciones y conexiones de lo contenido en el texto dramático con sus realidades individuales o colectivas.

El estudio de Lagos sobre la interpretación semiótica de El concierto de San Ovidio culmina con una evaluación de la proyección axiológica y epistemológica de la pieza teatral de Buero Vallejo. En efecto, siguiendo a Cardona y Zahareas, que escriben sobre lo grotesco en la obra de Valle Inclán, el crítico plantea que —como en el teatro de Valle Inclán— en la pieza de Buero Vallejo se pueden identificar elementos y efectos que por su naturaleza mueven al espectador a la risa, al horror y la perplejidad.  El espectáculo protagonizado por los ciegos, en la que se mezclan el horror con la diversión, la desesperación con la banalidad y la hilaridad con la consternación, según Lagos produce una doble reacción en el espectador: una que representa la esperanza que exista solución a los problemas vitales del hombre (que los ciegos pueden finalmente leer gracias a Valentín Haüy) y otra que despierta en el espectador la inquietud por saber si existe una realidad trascendente donde la integridad (que el altruismo supere al egoísmo) permita al individuo ser parte de una humanidad.

El análisis semiológico de El concierto de San Ovidio de Antonio Buero Vallejo, por Jorge Lagos Caamaño, constituye una contribución de relevancia al estudio de la obra del dramaturgo español. Su argumentación respecto de la interpretación del texto desde la perspectiva de las  relaciones estructurales, semánticas y pragmáticas del texto dramático es sólida, ofreciendo al lector informado múltiples opciones de variantes interpretativas para la exégesis del texto dramático.

Jaime Gómez Douzet

Universidad de Tarapacá, Facultad de Educación y Humanidades, Departamento de Idiomas Extranjeros.
18 de Septiembre 2222, Arica (Chile)
jaimepablog@yahoo.com

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