|
Salmanticensis 46 (1999) 13-18
SEMBLANZA DEL PROF. DR. FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS, EN SU JUBILACIÓN
Al final de una larga y fecunda carrera docente, en el marco de un acto académico como el que estamos celebrando, Gerhard von Rad confesaba públicamente que su tarea como profesor había sido «leer para aprender y leer para enseñar». Con estas palabras tan sencillas, aquel hombre extraordinario —sin duda, uno de los exégetas más representativos del siglo xx— expresaba su quehacer en Ia Universidad. Su testimonio refleja y sintetiza muy bien, a mi modo de ver, Ia imagen de D. Felipe Fernández Ramos, que ha consagrado prácticamente toda su vida al estudio y a Ia enseñanza. No obstante, me pregunto si es posible sintetizar una vida en una frase o en unas páginas. Cuando recibí unos folios con un curriculum vitae, lleno de cifras y de datos, para elaborar esta presentación, me vino a Ia mente el dicho de H. Balzac: «la sola vida material es pura cronología». Trazar Ia semblanza de una persona entraña cierto riesgo, pues no basta ordenar los datos; implica, además, conocer por dentro a Ia persona, sus pensamientos y sentimientos. Desde Ia admiración hacia el maestro, que me inició en los secretos de Ia Biblia, desde Ia simpatía hacia el colega, con el que he compartido muchas horas, y, sobre todo, desde Ia amistad, acrisolada por el tiempo, intentaré bosquejar Ia figura de nuestro homenajeado.
1. ESTUDIOS ECLESIÁSTICOS Y UNIVERSITARIOS
D. Felipe nació en Almanza, un pintoresco pueblo de Ia provincia de León, en el que aún se conservan restos de sus murallas
|