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Actas del XIV Congreso Internacional de ALADAA. La Plata, Ed. por ALADAA, 2013, pp. 872-882. ISSN 2346-8602 LA CARACTERIZACIÓN PRE-CLÁSICA DEL YOGA EN LA BHAGAVAD GĪTĀ Gabriel Martino (UBA, CONICET) El Yoga constituye uno de los legados de la India a la humanidad que Occidente ha adoptado con mayor aceptación y entusiasmo. Conociendo innumerables transformaciones, la práctica del yoga ha sido incorporada a la vida occidental de diversas maneras, ya sea como profesión, como entretenimiento, como técnica de relajación, como preparación física e incluso, en algunos casos, como técnica de liberación. Pero el carácter mudable o ‘camaleónico’, podríamos decir, del yoga es tan antiguo como el yoga mismo y ya en la India antigua es posible atestiguar diferentes expresiones de su práctica y de su contenido filosófico. Una de las adaptaciones más significativas que nuestra disciplina habría realizado es la que el yoga autóctono sufre tras la llegada de los pueblos indoeuropeos al Valle del Indo, si aceptamos la hipótesis de la existencia pre-aria del yoga.1 Pero más allá de esta hipotética reconstrucción prehistórica, los textos nos brindan evidencias históricas de los cambios que se operan sobre el yoga a lo largo de los siglos, por lo menos de aquella forma ligada a los sectores cultos de la sociedad India que nos legaron testimonios escritos sobre el modo en que concebían esta disciplina, su práctica y su finalidad. El Yogasūtra de Patañjali, como es sabido, es considerado el tratado fundante del yogadarshana y la obra que instituye los pilares teoréticos y prácticos de esta corriente en su versión clásica. Su fecha de composición, sin embargo, parece ser bastante tardía y posterior a un número considerable de fuentes que nos brindan datos acerca de esta disciplina. Los especialistas occidentales, de hecho, suelen ubicar la composición definitiva del tratado, en la forma conocida hoy en día, entre los siglos II y V d. de C, por lo cual tanto algunas Upaniṣads como el Mahābhārata resultarían anteriores a este. Tal relación cronológica de los textos nos permite afirmar, pues, que Patañjali no es el creador de una nueva corriente filosófica ni el primero en brindar una caracterización del yoga. Su mérito parece radicar, más bien, en el trabajo de síntesis y sistematización de materiales precedentes que no habían sido expuestos de modo exhaustivo y con precisión. La composición en prosa sútrica de los pilares teoréticos y McEvilley, Th. (1980: 44-77). “An Archaeology of Yoga”, en Anthropology and Aesthetics, nº 1, Spring. 1 Actas del XIV Congreso Internacional de ALADAA. La Plata, Ed. por ALADAA, 2013, pp. 872-882. ISSN 2346-8602 prácticos del yoga, por otra parte, habría brindado el formato necesario para que estos fueran adoptados de manera definitiva constituyendo, de ese modo, lo que la historia conoce como la versión ‘clásica’ del yoga. Así, pues, uno de los testimonios pre-sútricos acerca del Yoga más valiosos de los que disponemos lo encontramos en la Bhagavad Gītā.2 Esta obra que pertenece al Mahābhārata, Libro VI (Bhīṣma Parvan) cap. 25-42, ha recibido siempre una veneración particular por lo que ocupa un lugar excepcional en la epopeya.3 Allí se narran el momento inicial de la gran batalla fratricida entre los Pāṇḍavas y sus primos los Kauravas, y la negativa de Arjuna, héroe Pāṇḍavas, a pelear contra sus familiares. En este contexto, se incluye una extensa exposición de carácter religioso y filosófico que constituye la exhortación que Kṛṣṇa le dirige a Arjuna para que se decida a pelear y cumpla, de ese modo, con su deber de guerrero. El discurso de Kṛṣṇa, como es manifiesto para el lector, contiene una importante caracterización del yoga. En el presente trabajo, pues, nos dedicaremos al análisis de algunos aspectos de la exposición acerca del yoga que encontramos en la Bhagavad Gītā. Para ello, en primer lugar, examinaremos brevemente las concepciones de la acción y del yoga de la acción presentes en el tratado y, en segundo término, analizaremos algunos pasajes del capítulo sexto titulado “Yoga de la meditación” (dhyāna-yoga). En nuestras conclusiones haremos algunos comentarios, asimismo, sobre ciertos puntos de contacto entre la exposición propia de la Bhagavad Gītā y la del Yogasūtra. La noción de Yoga en la Bhagavad Gītā Debe mencionarse, en primer lugar, que la Bhagavad Gītā es un tratado acerca del Yoga (yoga-śāstra), tal como los manuscritos señalan en su glosa introducida hacia el final de cada capítulo.4 El término yoga, sin embargo, no posee en nuestro tratado un sentido técnico tan específico como lo tendrá en el Yogasūtra, por ejemplo. A lo largo de los diferentes capítulos, de hecho, se brindan diversas caracterizaciones del yoga que ponen el énfasis en distintos aspectos de la vida y de la práctica ascética. Comentemos, pues, brevemente el contenido de los primeros capítulos. 2 La fecha de composición del tratado, como resulta con la mayor parte de los textos Indios, es discutida por los especialistas. Citemos, a modo de ejemplo, a Riviere, J. (1997: 22), quien sigue a Radhakrishnan en su propuesta del siglo V a. de. C. 3 Riviere, J. (1997: 20). 4 iti çrémad bhagavadgétäsüpaniñatsu brahmavidyäyäm yogaçastre... Actas del XIV Congreso Internacional de ALADAA. La Plata, Ed. por ALADAA, 2013, pp. 872-882. ISSN 2346-8602 Luego de brindar una descripción del campo de batalla y de la angustia de Arjuna en el capítulo primero, el segundo capítulo ofrece, al comienzo, una exposición de la visión teórica (buddhiḥ sāṃkhye) acerca de la inmortalidad del principio espiritual. Mas a partir de la estrofa treinta y nueve, Kṛṣṇa afirma que comenzará a explicar la visión de acuerdo con el Yoga (buddhir yoge). Cabe señalar que la contraposición y, a la vez, estrecha relación entre sāṃkhya y yoga es antigua y alude, en esta temprana etapa, a una dicotomía entre, por así decirlo, teoría o especulación y práctica o ascesis.5 No debe entenderse todavía, sin embargo, como una alusión a los dos sistemas de pensamiento que se instituyen como tales unos siglos más tarde y que llevan los mismos nombres.6 En cuanto a la enseñanza de acuerdo con el Yoga que sigue a la estrofa treinta y nueve del capítulo segundo, Kṛṣṇa expone sus diferentes aspectos en los subsiguientes capítulos del tratado. Así, en el capítulo tercero se explica el yoga de la acción (karma-yoga); en el cuarto, el yoga del conocimiento (jñāna-yoga) y en el quinto, el yoga del renunciamiento a la acción (karma-saṃnyāsa-yoga). En la sexta sección, capítulo en el que concentraremos nuestro análisis, se expone el yoga de la meditación o dhyāna-yoga. Antes de interiorizarnos en el dhyāna-yoga, sin embargo, comentemos unas estrofas significativas para comprender la concepción del Yoga expuesta en nuestro texto. Citemos, en primer lugar, un pasaje del capítulo segundo. düreëa hyavaraà karma buddhiyogäddhanaïjaya | buddhau çaraëamanviccha kåpaëäù phalahetavaù ||49|| [49] La acción es en mucho inferior a este yoga de la mente, oh Dhanañjaya. Busca el refugio en tu mente. Son dignos de lástima quienes actúan pensando en los frutos de sus actos.7 En este pasaje Kṛṣṇa establece una distinción entre el acto (karman) y el Yoga de la mente (buddhi-yoga) y señala que el primero es inferior al segundo. Sin embargo, en el segundo pada de la śloka citada no se afirma 5 Cfr. con Mahābhārata XII (Śānti Parvan), cap. 289, 7, donde se afirma que los seguidores del Yoga se basan en la percepción directa (pratyakṣa) mientras que los seguidores del Sāṃkhya, en la escritura (śāstra). 6 Cfr. con BhG. V 4-5 , donde se afirma que el Sāṃkhya y el Yoga son una sola cosa. Recordemos, asimismo, que tanto el Yogasūtra de Patañjali como el Sāṃkhyakārikā de Īśvarakṛṣṇa serían posteriores en su composición a la BhG. 7 Las traducciones castellanas de la BhG corresponden a la versión de Tola, F. (2000). El canto del Señor. Bhagavad Gîtâ. Traducción y edición de -. Madrid, Biblioteca Nueva, excepto donde indiquemos lo contrario. Actas del XIV Congreso Internacional de ALADAA. La Plata, Ed. por ALADAA, 2013, pp. 872-882. ISSN 2346-8602 que son dignos de lástima quienes actúan simplemente, sino quienes actúan pensando en el fruto de sus actos. Esto anticipa la concepción acerca de la acción presente en el tratado y vincula, como veremos, la noción de acción con el yoga en general y con el yoga de la mente en particular. Interioricémonos, pues, en la noción de karman enseñada por Kṛṣṇa. En el capítulo III Arjuna duda de la palabra de su maestro quien alaba, por un lado, la sabiduría, pero lo induce, por otro lado, a emprender la batalla. A raíz de esto Kṛṣṇa expone magistralmente su concepción acerca de la acción que puede apreciarse con claridad en las siguientes estrofas. na karmaëämanärambhän naiñkarmyaà puruño 'çnute | na ca sannyasanädeva siddhià samadhigacchati || 4|| na hi kaçcitkñaëamapi jätu tiñöhatyakarmakåt | käryate hyavaçaù karma sarvaù prakåtijairguëaiù ||5|| karmendriyäëi saàyamya ya äste manasä smaran | indriyärthänvimüòhätmä mithyäcäraù sa ucyate ||6|| [4] No es dejando de realizar acciones que el hombre alcanza el renunciamiento a la acción; no es por el renunciamiento al mundo que el hombre alcanza la perfección. [5] Ni por un solo momento permanece alguien sin actuar; los guṇas nacidos de la prakṛti llevan a todos irresistiblemente hacia la acción. [6] Aquel que permanece sentado controlando sus órganos de la acción, pero recordando con su mente los objetos de los sentidos con su ser sumido en el error, aquel es llamado un hipócrita. yastvindriyäëi manasä niyamyärabhate'rjuna | karmendriyaiù karmayogam asaktaù sa viçiñyate ||7|| [7] Pero aquel que controlando con su mente los órganos de los sentidos realiza con sus órganos de la acción el yoga de la acción, con total desapego, oh Arjuna, aquél en mucho lo supera. Es manifiesto, pues, que ante la disyuntiva acción – inacción Kṛṣṇa rescata a la acción por diversas razones. En primer término, el maestro Actas del XIV Congreso Internacional de ALADAA. La Plata, Ed. por ALADAA, 2013, pp. 872-882. ISSN 2346-8602 señala que la inacción completa es imposible. La transformación constante a la que está sujeta la realidad empírica de la que el hombre forma parte lo conduce irremediablemente a la acción. Para alcanzar la perfección, por otra parte, parecería ser necesaria la actividad en el mundo y para aprender a renunciar a la acción también parecería ser necesaria la acción misma. Pero en la última estrofa citada Kṛṣṇa brinda la clave para que la acción pueda efectivamente conducir a la renuncia y a la perfección. Todo acto debe realizarse en el mundo mediante los órganos de la acción pero con total desapego y controlando los órganos de los sentidos con la mente. El hombre que así actúa supera, a su vez, a quien pretende no actuar pero retiene en la mente los recuerdos de sus acciones pasadas. En esta misma línea e introduciendo algunos nuevos conceptos Kṛṣṇa afirma lo siguiente en el capítulo IV: tyaktvä karmaphaläsaìgaà nityatåpto niräçrayaù | karmaëyabhipravåtto'pi naiva kiïcitkaroti saù ||20|| niräçéryatacittätmä tyaktasarvaparigrahaù | çäréraà kevalaà karma kurvannäpnoti kilbiñam ||21|| yadåcchäläbhasantuñöo dvandvätéto vimatsaraù | samaù siddhävasiddhau ca kåtväpi na nibadhyate ||22|| [20] Abandonando el apego por el fruto de sus actos, permanentemente satisfecho, sin depender de nada, aunque consagrado a la acción aquel ya no hace nada. [21] Sin esperanzas, con su ser, con su mente controlados, habiendo abandonado la posesión de todo, realizando solo las acciones corporales, no incurre ya en pecado. [22] Contento con lo que el azar le aporta, más allá de los pares de contrarios, sin envidia, igual en el éxito y en el fracaso, aunque actúe, no es encadenado. En estas nuevas líneas Kṛṣṇa afirma que la no acción deseable es aquella que resulta de la acción llevada a cabo de acuerdo con sus enseñanzas. Así, pues, quien actúa sin apego, sin esperar el resultado de la acción y con un sentimiento de satisfacción e independencia, no es constreñido por sus acciones. En este caso, no se señala ya el control de los sentidos por medio de la mente sino el control de la mente misma, a lo que Actas del XIV Congreso Internacional de ALADAA. La Plata, Ed. por ALADAA, 2013, pp. 872-882. ISSN 2346-8602 se agregan el contento, el encontrarse más allá de los pares de opuestos, la ausencia de envidia y la ecuanimidad. El hombre que atienda esta instrucción y logre actuar en el mundo satisfaciendo estas condiciones, a raíz de la ausencia de encadenamientos surgidos de sus actos, no realizará acción alguna. Ahora bien, habiendo brindado una resumida descripción de la concepción presente en nuestro tratado acerca de la acción, retomemos la distinción inicial trazada en II 39 entre el yoga de la acción y el yoga de la mente. Recordemos, asimismo, que uno de los requisitos que Kṛṣṇa afirma como necesarios para que la acción sea liberadora es el control de los sentidos por parte de la mente y el control de la mente misma. Creemos, por otra parte, que los elementos principales que nos permiten comprender lo que Kṛṣṇa llama ‘yoga de la mente’ los encontramos en el capítulo sexto. En las primeras estrofas de la mencionada sección, el tratado repite algunas nociones vertidas en las secciones precedentes y que atañen al Yoga entendido de un modo general, mas a partir de la décima estrofa Kṛṣṇa comienza a impartir una enseñanza técnica acerca del método que el yogui debe seguir para controlar su mente. Transcribamos, pues, algunas estrofas para analizar su contenido. yogé yuïjéta satatam ätmänaà rahasi sthitaù | ekäké yatacittätmä niräçéraparigrahaù || 10|| çucau deçe pratiñöhäpya sthiramäsanamätmanaù | nätyucchritaà nätinécaà cailäjinakuçottaram || 11|| tatraikägraà manaù kåtvä yatacittendriyakriyaù | upaviçyäsane yuïjyäd yogamätmaviçuddhaye || 12|| [10] Que constantemente el yoguin se concentre, en un paraje solitario, a solas, con su espíritu y su mente controlados no esperando nada, no poseyendo nada. [11] En un sitio limpio debe establecer su asiento, hecho de paja, una tela y una piel de antílope, firme, ni demasiado alto ni demasiado bajo. [12] Y sentado ahí, debe para purificarse practicar yoga fijando su mente, reprimiendo la actividad de sus sentidos y de su pensamiento Actas del XIV Congreso Internacional de ALADAA. La Plata, Ed. por ALADAA, 2013, pp. 872-882. ISSN 2346-8602 samaà käyaçirogrévaà dhärayannacalaà sthiraù | saàprekñya näsikägraà svaà diçaçcänavalokayan || 13|| praçäntätmä vigatabhér brahmacärivrate sthitaù | manaù saàyamya maccitto yukta äséta matparaù || 14|| [13-14] Firmemente establecido, conservando inmóviles y en línea recta el cuerpo, el cuello y la cabeza, dirigiendo la vista a la punta de su nariz y no mirando nada con su espíritu sereno, liberado de temores, manteniéndose en su voto de una vida casta y con su mente subyugada permanezca sentado con su pensamiento fijo en mí teniéndome como suprema meta. yuïjannevaà sadätmänaà yogé niyatamänasaù | çäntià nirväëaparamäà matsaàsthämadhigacchati ||15|| [15] En esa forma, disciplinándose a sí mismo, el yoguin de mente controlada llega a la paz suprema en el nirvana a la paz que mora en mí. En estas estrofas, Kṛṣṇa detalla elementos esenciales del yoga de la mente. Uno de estos elementos se distingue del resto por tratarse de una norma de conducta. Nos referimos al voto de castidad. Los restantes son elementos propios del proceso meditativo. El primero de ellos es āsana. El yogui debe estar sentado y su postura debe ser firme e inmóvil, con la cabeza, el cuello y el cuerpo rectos. Luego, la vista debe estar fija en la punta de la nariz o entrecejo, de modo de interiorizar la percepción sensorial y dominar los sentidos. A continuación, la mente debe ser concentrada en un solo punto (akāgra) y dominada (saṃyamya). Estos pasos sucesivos darán lugar, asimismo, a que el practicante pueda obtener paz (śānti), alcance el nirvāṇa propio de lo absoluto, acceda a la unión con Brahman8 e, incluso, devenga él mismo Brahman.9 Citemos unas estrofas más que nos brindan otros caracteres importantes del yoga de la mente. yatroparamate cittaà niruddhaà yogasevayä | yatra caivätmanätmänaà paçyannätmani tuñyati ||20|| 8 9 BhG VI 28 (brahmasaṃsparśa). BhG VI 27 (brahmabhūta). [20] Cuando la mente se serena, suprimida por la práctica del yoga y cuando se contempla a sí mismo por sí mismo, uno halla su satisfacción Actas del XIV Congreso Internacional de ALADAA. La Plata, Ed. por ALADAA, 2013, pp. 872-882. ISSN 2346-8602 en sí mismo. çanaiù çanairuparamed buddhyä dhåtigåhétayä | ätmasaàsthaà manaù kåtvä na kiïcidapi cintayet ||25|| asaàçayaà mahäbäho mano durnigrahaà calam | abhyäsena tu kaunteya vairägyeëa ca gåhyate ||35|| [25] Que poco a poco alcance la quietud dominado por la constancia de su intelecto y que, estableciendo su mente en sí mismo, en nada piense.10 [35] Sin duda, oh guerrero de poderosos brazos, la mente es inquieta y difícil de controlar, pero puede ser dominada, oh Kaunteya, por el empeño y por el renunciamiento. Como podemos apreciar, en la estrofa veinte Kṛṣṇa afirma que las prácticas descritas permiten que la mente sea suprimida (niruddha) y serenada. En la śloka veinticinco se afirma que la supresión de la mente debe llevar a que el yogui no piense en nada siquiera y a que alcance la quietud interna. En el último fragmento citado se añaden, asimismo, las nociones de empeño (abhyāsa) y de renunciamiento (vairāgya) como medios para lograr el control y el dominio de la mente. Leamos, por último, dos estrofas más del capítulo quinto, en este caso, para enriquecer nuestro examen del yoga de la mente. sparçänkåtvä bahirbähyäàç cakñuçcaiväntare bhruvoù | präëäpänau samau kåtvä näsäbhyantaracäriëau ||27|| yatendriyamanobuddhir munirmokñaparäyaëaù | vigatecchäbhayakrodho yaù sadä mukta eva saù ||28|| 10 [27-28] Aquel sabio que, eliminando los contactos exteriores, fijando su mirada entre sus cejas, haciendo iguales sus inspiraciones y expiraciones que circulan a través de su nariz, con sus sentidos, mente e intelecto controlados, sólo aspira a la liberación, carente de deseos, de miedos, de cóleras, aquel en verdad se ha liberado para siempre. Hemos alterado levemente las traducciones que Tola (2000: 101) brinda de las estrofas 20 y 25. Actas del XIV Congreso Internacional de ALADAA. La Plata, Ed. por ALADAA, 2013, pp. 872-882. ISSN 2346-8602 Estas dos ślokas resumen lo afirmado anteriormente aunque añaden algún elemento que no habíamos mencionado. El Yoga de la mente o de la meditación, tal como se lo llama en el capítulo sexto, incluye entonces una serie de métodos que permiten que la mente sea dominada. En este pasaje se mencionan los siguientes: en primer lugar, eliminar de contactos exteriores y fijar la mirada en el entrecejo. En segundo lugar, el prāṇāyāma o técnica del control del prāṇa y se menciona que las exhalaciones y las inhalaciones deben ser equilibradas entre sí.11 Por último, se indica que los sentidos deben estar controlados, así como la mente y también el intelecto. Quien ha logrado realizar estos aspectos del yoga, concluye Kṛṣṇa en la estrofa veintiocho, ese se encuentra liberado. El yoga de la Bhagavad Gītā y el yoga patañjalico. Recapitulemos, pues, los lineamientos principales de la concepción acerca del yoga presente en la Bhagavad Gītā para luego brindar algunas reflexiones finales sobre su relación con el yoga clásico de Patañjali. Hemos visto que, en más de una oportunidad, Kṛṣṇa recurre a dicotomías para exponer su enseñanza sagrada. La primera de las dicotomías que señalamos fue la que contrapone sāṃkhya y yoga (II 39), términos que, tal como indicamos, deben ser entendidos como ‘teoría’ o ‘especulación’ y ‘práctica’ o ‘ascesis’. El segundo par de nociones contrastadas fue el de ‘acción’ y ‘yoga de la mente’ (II 49). Frente a estos, Kṛṣṇa manifiesta su preferencia por la segunda (II 49), pero en su exposición rápidamente nos percatamos de que la relación entre ambas es inescindible y que solo cuando el hombre ha alcanzado el logro último del yoga estamos en condiciones de afirmar que la acción es dejada de lado. El maestro explica, entonces, con mayor precisión la noción de acción especificando que esta puede darse con apego por sus frutos o, por el contrario, sin apego por los resultados, con ecuanimidad y con contentamiento (IV 20, 22). Este segundo caso es el propio del yogui que, si bien actúa, lo hace con los sentidos y la mente bajo control (III 7, IV 21). Tal modo de actuar, por otra parte, no produce encadenamientos futuros (IV 22). Ahora bien, para poder llevar a cabo un modo semejante de actuar es preciso que Kṛṣṇa indique, asimismo, el modo de controlar la mente. Para lograr esto, a su vez, se prescribe la práctica de āsana (VI 11, 13-14), de prāṇāyāma (V 27-28), de brahmacarya (VI 13) y de abhyāsa y vairāgya (VI 35). Se indica, asimismo, la interiorización y control de los sentidos (V 28, VI 12) fijando la mirada en el entrecejo (VI 13, 11 Véase, asimismo, BhG. VI 29. Actas del XIV Congreso Internacional de ALADAA. La Plata, Ed. por ALADAA, 2013, pp. 872-882. ISSN 2346-8602 V 27-28), y luego se prescribe la concentración del pensamiento en un punto (VI 12), la supresión de la mente (VI 20) y no pensar en nada (VI 25). Todos estos pasos llevan eventualmente, afirma Kṛṣṇa, a la identificación con Brahman (VI 27). Ahora bien, al comienzo de nuestro trabajo mencionamos que la obra fundacional del darśana del Yoga es el Yogasūtra de Patañjali, obra que sintetiza y sistematiza las nociones preexistentes acerca del yoga pero que no habían recibido, hasta ese momento, un tratamiento acabado. En relación con este modo de comprender el tratado patañjalico nos gustaría mencionar brevemente algunos puntos de contacto entre la concepción de la Bhagavad Gītā que acabamos de exponer y el Yogasūtra. En el sūtra segundo del Libro I, Patañjali define al yoga como la supresión (nirodha) de la actividad de la mente, en línea con la caracterización que encontramos en BhG VI 20. En lo que podríamos llamar la primera formulación del método para alcanzar tal supresión, que Patañjali brinda entre los sūtras doce y dieciséis del libro I, encontramos la indicación de abhyāsa o empeño y vairāgya o renunciamiento, tal como Kṛṣṇa prescribe en VI 35. La tercera formulación del método, a su vez, consiste en el aṣṭāṅga yoga o yoga de los ocho miembros, del cual el tercer y cuarto miembros son, respectivamente, āsana y prāṇāyama, elementos también incluidos en la exposición de la Bhagavad Gītā. Cabe señalar, asimismo, que tanto en la enseñanza de Kṛṣṇa como en el Yogasūtra, estos dos elementos juegan un papel bastante menor en relación con las técnicas de concentración mental y sus resultados. Si en la Bhagavad Gītā encontramos dos alusiones al prāṇāyāma, el Yogasūtra incluye tres12 y si Kṛṣṇa describe muy escuetamente el elemento āsana, Patañjali le dedica apenas tres sūtras de los ciento noventa y cinco que componen su obra.13 El papel reducido que estos miembros del Yoga tienen en la concepción de la Gītā así como del Yogasūtra es significativo, en especial, si tenemos en cuenta el amplio desarrollo que ambos aspectos tienen en versiones posteriores como el tantra o el haṭha yoga. Vale la pena mencionar, asimismo, que el primero de los miembros del aṣṭāṅga yoga de Patañjali es yama o abstención que incluye, a su vez, la castidad o brahmacarya, tal como encontramos en BhG. VI 13. Por otra parte, el control y el retraimiento de los sentidos que prescribe Kṛṣṇa 12 13 Yogasūtra II 49-51. Yogasūtra II 46-47. Actas del XIV Congreso Internacional de ALADAA. La Plata, Ed. por ALADAA, 2013, pp. 872-882. ISSN 2346-8602 constituye el quinto miembro del yoga clásico.14 Patañjali, finalmente, también coincide con la Gītā en indicar la concentración en un solo punto.15 Todos estos elementos constituyen, según creemos, aspectos en común entre dos de las exposiciones antiguas más importantes que poseemos acerca del Yoga. Podría pensarse, tal vez, en una importante influencia de la enseñanza de la Gītā sobre Patañjali, aunque no creemos que sea posible demostrarla de manera definitiva. Pensamos que no es fortuito, por otra parte, que la Bhagavad Gītā y el Yogasūtra sean, posiblemente, los dos textos antiguos de la India que más atractivos han resultado a los lectores occidentales ya que se trata, en ambos casos, de exposiciones acerca del yoga, disciplina que Occidente ha adoptado con gran admiración y entusiasmo. Cabe mencionar, por último, que ambos textos presentan un número importante de diferencias significativas, tanto en lo que concierne a la concepción misma del yoga como del pensamiento metafísico y teológico que subyace a ambas obras. Estas divergencias, sin embargo, ponen de manifiesto el carácter mudable o camaleónico del yoga al que aludimos en nuestras primeras líneas, cualidad que le ha permitido germinar en tan variadas épocas y latitudes. 14 15 Yogasūtra II 54-55. Yogasūtra III 1, 11, 12.