Abstract
Las formas verbal y expresiva que desarrollan los personajes de un texto literario se muestran mediante el dialogismo y el monologismo —conceptos ficcionalizados que desarrollan Mijaíl Bajtín, Iuri Lotman y Lubomír Doležel—; los mismos que se enfatizan con una atmósfera de violencia en la primera novela La ciudad y los perros (1963) del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Estas modalidades adoptan una representación tripartita a través de amenazas, degradaciones a una persona con frases y al cosificar a cualquier individuo: los agresores hacen sentir a sus víctimas como si se tratasen de objetos desvalorizados; asimismo, se aprecia de modo verbal indirecto, el cual consiste en obviar al sujeto de un determinado tema que podría agredirlo, al estar él presente.