Abstract
El Elogio de la filosofía (1953) es uno de los lugares más indicados donde Merleau-Ponty, a medio camino de su producción teórica, dialoga con la filosofía de su tiempo, a la vez que aclara los presupuestos e interrogantes fundamentales a los que su pensamiento trata de dar respuesta. El artículo se ocupa, principalmente, de la lectura crítica y singular prolongación merlopontiana de la obra de Bergson, buscando encontrar algunas claves de la raíz especulativa común a ambos pensadores y a otros contemporáneos, a la vez que plantea aportar alguna luz sobre el novedoso sentido merlopontiano de la actividad filosófica, como filosofía de la ambigüedad en la que la interrogación es su eje motriz