Abstract
Usar el nombre de Dios en vano. Así se define la blasfemia. Lo mismo puede decirse de la política. Usar el nombre de la política en vano. Entre blasfemias, “eufemias” , conceptos zombi , parodias e ironías se debate en la actualidad el juego de lenguaje de la política. En este artículo se abordan los “malos usos” del término política, aquellos usos que en tanto que “vanos” o “vacuos” son proscritos por las policías del discurso , esto es, por los marcos disciplinarios y disciplinantes de la ciencia, la teoría y la filosofía política. Se defenderá, en este sentido, que, lejos de emplear la palabra política inútilmente, determinadas instancias sociales se reapropian del término en contextos de uso novedosos y lo resignifican, bien sea por saturación, cuando se propone una suerte de panpoliticismo , bien por defecto, cuando se decreta su inoperancia