Abstract
Fiodor Dostoievski rasga el alma humana hasta dejarla herida por el sufrimiento, la culpa y el aislamiento. Y, sin embargo, la derrota no gana la batalla. La escritora sureña estadounidense Carson McCullers escribe sobre la soledad y la miseria del sur de los Estados Unidos con una mirada atenta a los paisajes desolados de la Rusia de Fiodor Dostoievski, no sólo físicos sino esencialmente metafísicos. Esta autora que ya leyó al maestro ruso a los 13 años explora las entrañas humanas desde un terreno rural, desolador, inhóspito y desafortunado, con diferencias raciales, sobreexposición de alcohol y con un concepto de bien moral interno que aparece como una pulsión constante e inagotable. En esta aproximación queremos destacar cómo el misterio del mal, pero también el acto de la voluntad y la incomunicación, son aspectos que unen a ambos autores, especialmente en dos de sus obras maestras, Crimen y Castigo y El corazón es un cazador solitario, respectivamente.