Abstract
El artículo aborda los modos de vivir la incertidumbre en el caso de Montaigne, Pascal y Unamuno, teniendo en cuenta la lectura que Pascal hizo de Montaigne y Unamuno de Pascal. Montaigne, que denunció las falsas certezas y exploró las contradicciones de la condición humana y del propio yo, finaliza aceptando la limitación y cultiva el arte de saber vivir. Pascal también exploró las ambivalencias de la condición humana, pero, a diferencia de Montaigne, considera que el ser humano no encuentra el sustento en sí mismo, de ahí su referencia a un Dios oculto, certeza incierta. Por último, Unamuno, próximo a la sensibilidad de Pascal, destacó la dolorosa incertidumbre sobre la pervivencia más allá de la muerte. Su San Manuel Bueno, mártir ilustra la apuesta pascaliana: cómo vivir procurando el cuidado y el contento de los demás, a pesar de la incertidumbre citada. En su caso, la congoja orienta su acción y le hace vivir y obrar con extrema generosidad.