Abstract
Benito Jerónimo Feijoo, el representante más insigne de la filosofía española del siglo XVIII, ahormó un proyecto con importantísimas repercusiones en ámbitos como la ciencia, la política, la literatura, la economía, la teología o la sociedad. Ese compendio de la temprana o primera Ilustración que es el _Teatro crítico universal_ articuló una manera de situarse ante los problemas e inquietudes de su tiempo que llegó a numerosos espacios de debate, pero también de toma de decisiones. Gracias a la extraordinaria difusión del _Teatro_ y de otras de sus obras en la península, en América y en partes de Europa, Feijoo ejerció una enorme influencia intelectual -una autoridad que posiblemente no haya logrado ningún otro autor posterior en lengua española-. Si este marco de reforma que propugnaba acabó logrando sus frutos en el último tercio del siglo XVIII es otro asunto, pero no cabe duda de que Feijoo fue -utilizando conscientemente un anacronismo- el intelectual público de su época.