Abstract
Cuando bioética y derecho hacen frente a un hard problem, el resultado suele ser la diversidad de posiciones doctrinales, la disparidad de soluciones entre los distintos sistemas jurídicos y, a nivel supranacional, la ausencia de regulación o la adopción de una extremadamente restrictiva. Tales diferencias pueden rastrearse hasta las tradiciones culturales de las que proceden. Este trabajo toma a la mejora genética germinal humana como un caso de cómo las diferencias entre las tradiciones culturales atlántica y mediterránea pueden obstaculizar la consecución de un bioderecho internacional. Para la biocuestión elegida, las discrepancias se manifiestan en desiguales concepciones relativas a dos ejes temáticos: la naturaleza y el cuerpo humano. Tras su análisis, se proponen algunas líneas de acción encaminadas a la superación de dichas barreras y la obtención de un bioderecho común para la edición genética perfectiva de la línea germinal humana.