Abstract
Este ensayo comienza invitándonos a reflexionar sobre el 11 de septiembre en el contexto de otras tragedias y situaciones conflictivas y a situar los acontecimientos en un marco histórico y de valoración más amplio si queremos encontrar una forma satisfactoria de dar sentido al 11 de septiembre, y a las distintas respuestas a éste. El autor propone una concepción cosmopolita del orden mundial que afirma el status moral irreducible de todas y cada una de las personas y, paralelamente, rechaza la visión de los particularismos morales que derivan de la pertenencia a una comunidad determinada y que limitan y determinan el valor moral de los individuos y su capacidad para la libertad. Y nos recuerda que estos principios cosmopolitas cristalizaron en importantes avances jurídicos y políticos después de la Segunda Guerra Mundial. La respuesta al 11 de Septiembre podía haber seguido los pasos de estos logros fortaleciendo nuestras instituciones multilaterales y los acuerdos jurídicos internacionales. Pero la estrecha agenda de seguridad que se puso en marcha como “Guerra contra el Terror”, nos apartó aún más de estos logros frágiles y nos llevó hacia un mundo de divisiones y antagonismos adicionales. Finalmente, se proponen como enfoque alternativo, las líneas fundamentales de una agenda de seguridad cosmopolita