Abstract
Formelle Bildung es el concepto de Hegel para determinar la función histórica del arte en el mundo moderno. Esta función contrasta con la inhaltliche o la substantielle Bildung que proporcionó el arte en el mundo oriental y el mundo clásico griego, y en general, con la función decisiva que desempeña el arte en el ethos de culturas donde el arte es inseparable de la religión, donde según Hegel, el arte opera según su determinación suprema. Pero si bien el arte en la cultura moderna ya no puede ser Kunstreligion, religión de arte, ello no significa que haya perdido su función como factor de cultura, sino que sigue siendo imprescindible en ella, aunque ya no para que la comunidad se identifique con los contenidos que el arte le representa, sino para que los individuos se confronten con ellos de un modo crítico-reflexivo. En el mundo moderno el arte ya no es arte de una comunidad, sino de y para una sociedad, de modo que el Estado y la institucionalidad están de por medio. El arte ya es autónomo y no determina doctrinaria o ideológicamente el ethos, pero por la forma de proporcionarle sus intuiciones y sus representaciones a la reflexión, fomenta el ejercicio libre del juicio de los individuos. Según Hegel, el carácter "formal" de la cultura que proporciona el arte en el mundo moderno hace que el arte se convierta en asunto fundamental de política cultural, donde arte y público pasan al primer plano.