Abstract
La ciencia ha sido utilizada frecuentemente como instrumento de refutación de la religión. El intento más decidido en esta dirección lo ha realizado el positivismo, que identificando ciencia y verdad, declaraba falsas las afirmaciones de la religión. El neopositivismo, posteriormente, apelando al principio de verificación empírica, en lugar de declarar falsas las posiciones de la religión, las considera carentes de sentido. La actual epistemología, sin embargo, ha criticado el uso que se hace de dicho principio. Así pues, el staus quaestionis actual sobre la relación ente ciencia y fe se asienta sobre dos fundamentos: si, de un lado, las diferencias de objeto, método y fines entre ciencia y religión hacen lógicamente imposible una refutación de la religión por la ciencia, de otro lado, la misma ciencia admite la existencia de un espacio abierto para garantizar una certeza que ella misma no es capaz de proporcionar.