Abstract

Como dijo Ramón y Cajal, “mientras el cerebro continúe siendo un misterio, el universo también lo será”. El mejor ejemplo de esto son las emociones involucradas en la toma de decisiones, en donde aún no existe un consenso sobre cómo definirlas desde un punto de vista neurológico y teórico correlacionados. Se sabe que las emociones permiten dar significado a hechos y eventos; que son estados cerebrales desde donde la persona hace planes de acción y toma distintas decisiones, pero no todos los autores están de acuerdo en que puedan ser explicadas únicamente como cambios físicos o marcadores somáticos: tensión muscular, frecuencia cardíaca o temperatura corporal. También ocurren cambios en el cerebro en términos de neurotransmisores, pero aún se desconocen los detalles de algunos de estos procesos emergentes. Por eso se consideró una revisión sistemática de los trabajos de los especialistas y una interpretación desde la neuroética fundamental como disciplina filosófica —como filosofía del cerebro— que hace posible la habilitación de un andamiaje teórico conceptual capaz de explicar y comprender algunos de los correlatos neurales asociados a la toma racional y no racional de las decisiones, y la aspiración de explicaciones teóricas subyacentes.