Abstract
El presente artículo examina el tránsito que, desde la percepción sensible hacia la imaginación, se hace en la psicología aristotélica, específicamente en el capítulo 3 del Libro III del De Anima y en el tratado Acerca de los ensueños. Tras un primer examen del uso que hace Aristóteles de los términos aisthesis y phantasía, y de examinar las razones por las cuales adscribe esta última a la facultad perceptiva del alma, se pone de presente la ampliación que del campo de la percepción hace el Estagirita a partir de la consideración de fenómenos psicológicos como las pariciones perceptuales y postperceptuales, los engaños e ilusiones perceptivos y la llamada “percepción proposicional”. Para finalizar, se destaca la función mediador entre la percepción y el intelecto que cumple la phantasía y se distingue entre la imaginación sensitiva, una dedicada a la combinación de las imágenes y, finalmente, una imaginación de carácter racional y deliberativo.