Abstract
La ética aristotélica gozó de una consciente reactivación a partir de los años 70 y su influencia se prolonga hasta el debate contemporáneo. En los últimos años numerosos estudiosos han sabido capitalizar el rendimiento moral de la filosofía de Aristóteles atendiendo, precisamente, a la singular relevancia que en su propuesta ética adquieren las pasiones. Creemos que muchas de las aparentes aporías de sus planteamientos pueden resolverse a partir del análisis del vínculo epistemológico y motivacional que se establece entre el conocimiento, las pasiones y la acción moral. Para ello, en este artículo, en línea con propuestas ya clásicas como las de M.C. Nussbaum o más recientes como las de D. Achtenberg, trataremos de articular con precisión el modo en que la captación o estimación que ejercen las pasiones es determinante para el conjunto de su ética circunscribiéndonos, específicamente, a la captación de la propia idea del bien.