Abstract
En 1964, Glauber Rocha dirigió la película Dios y el Diablo en la Tierra del Sol. Año en el que Brasil sufrió el golpe de estado militar. En este momento, hablar de política o problemas sociales era un asunto turbio debido a la fuerte amenaza de represión. Glauber escribió y dirigió esta película que versa acerca de la dicotomía entre el bien y el mal, lo culto y lo inculto, el orden y el desorden, las diferencias sociales, las construcciones simbólicas del espacio como semiosfera, las fronteras y la ruptura de éstas, que provocan el caos. Para el director, la religión guarda una relación muy estrecha con la política. Se plasma el deseo por el poder en los vínculos sociales-políticos (interés de los terratenientes sobre los trabajadores) y religiosos (interés de los predicadores sobre los creyentes). Este análisis discurre sobre dichas dualidades simbólicas, fijándonos en la discusión semiótica realizada por teóricos como Yuri Lotman, Michael Foucault, Mijaíl Bajtín, Umberto Eco, entre otros. La intención es analizar de qué manera Glauber Rocha construye los espacios simbólicos a lo largo de su discurso fílmico, y conocer el mensaje crítico que transmite.