Abstract
El constante aumento de la intensidad con la que se globalizan los diferentes ámbitos de la vida en la mayoría de las sociedades actuales ha intensificado, a su vez, algunos de los desafíos que los principales actores a nivel global habían estado enfrentando las últimas décadas. Poner de relieve estos desafíos, ahora globales, permite resaltar una serie de complicaciones de talante también global, a las que, no obstante, habrán de hacer frente Estados cuyo poder se encuentra constreñido territorialmente. Ante esta dialéctica que señala de manera particular la gravedad y urgencia de los riesgos globales, los Estados se ven obligados a enfrentar, además, un cuestionamiento de carácter esencial. ¿Es pertinente una estructura de poder que, por sí misma, no es capaz de garantizar la seguridad de quienes la componen? ¿Qué modelo político o qué política global podría, en el corto plazo, solventar las complicaciones y sobreponerse a los desafíos de esta modernidad globalizada?