Abstract
El artículo busca demostrar que el Budismo Zen conlleva una relación entre espiritualidad y corporalidad que Žižek no considera en su crítica del mismo como un instrumento más de adaptación al capitalismo. En respuesta a esta crítica, argumentaré que el criterio para entender apropiadamente el budismo está en la propia tradición, particularmente en la disciplina de la práctica. En el Zen, la doctrina se realiza a través de la práctica disciplinada y metódica, la cual se arraiga en el cuerpo. En rigor, la crítica de Žižek es válida solo para aquel budismo que carece de disciplina y se preocupa únicamente por obtener resultados inmediatos, reforzando así el individualismo y haciendo de la e espiritualidad un producto capitalista más al servicio de la conformidad al mercado.