Abstract

Actualmente la estética no debe concebirse como una teoría especulativa sobre la idea de belleza y sus determinaciones abstractas, sino mas bien como una reflexión filosófica sobre la obra de arte concreta. La reflexión estética se basa en la interpretación del singular e irrepetible contenido de verdad de ciertas obras. En este enfoque se sitúa la intención del artículo: a veces, el hilo conductor del contenido de verdad hay que buscarlo en los componentes formales, otras en los elementos simbólicos, en ocasiones en los rasgos expresivos, y -las más- en los aspectos intelectuales o cognitivos. En realidad, la obra de arte auténtica es una síntesis equilibrada de todos ellos y la intuición o comprensión de esta síntesis es lo que llamamos "belleza". Sin embargo, ni la creación de la obra por parte del artista, ni el proceso de creación ni el conocimiento de tal síntesis equilibrada, obedecen a reglas estables o métodos fijos. En última instancia, el articulo trata de sugerir algunos de los problemas que convierten a la obra de arte en algo enigmático, es decir, fuera de la lógica explicativa de los fenómenos del mundo, sometidos al espacio, al tiempo y a la causalidad. El arte es el reino de la libertad y del espíritu, y, en palabras de Nietzsche, el único camino válido hacia una metafísica posible y válida