Abstract
Dentro de la academia los estudios sobre el juego suelen ser marginados o subestimados como cuestiones secundarias al pensamiento, o como espacios de discusión dirigidos solamente al ocio contemplativo. Sin embargo, en oposición a este tipo de inferencias nos dedicaremos enteramente a reivindicar el papel del juego como fenómeno existencial fundamental en la pregunta por el ser y su relación con el mundo. En el presente trabajo propondremos un cruce lúdico y metafísico entre dos reconocidos pensadores: Carlos Astrada, filósofo argentino, y Eugen Fink, filósofo alemán. Ambos autores comparten la herencia heideggeriana que pondrán en discusión y que servirá como hilo conductor del diálogo teórico sobre el carácter ontológico del juego.