Abstract
La presente contribución explora la posibilidad de una más intensa proximidad entre Husserl y Heidegger. De entre las muchas opciones en este sentido, el autor elige situarse en lo que considera que habría sido el aprendizaje heideggeriano de la epojé según la praxis fenomenológica husserliana. A tal efecto, asumiendo riesgos, toma dos hitos, como sería la distinctio phaenomenologica y la indubitabilidad de la percepción inmanente, pero no como si la “inmanencia” fenomenológica simplemente tuviese una vigencia reflexivo-teorética, sino como recurso para una hospitalidad reflexiva capaz de proteger la presencia contra la duda, el psicologismo o el naturalismo, a favor de la presencia por sí misma de lo que se da. A tal efecto, el autor busca insistir y ahondar en otra zona peligrosa atrayéndola a la plenitud del florecer sin porqué de la Rosa de Silesius, tan importante en Heidegger. Finalmente, se intenta rescatar la Presencia ya en las lindes del Noema-Poema.