Abstract
Abordamos aquí unos aspectos, posiblemente los menos conocidos, de la dilatada vida de Fray Diego de Deza, como son los orígenes de su linaje en la gallega Terra de Deza y el afincamiento durante la segunda mitad del siglo XIV de la que fue la rama familiar de Toro, su ciudad natal. No perteneciendo a la hidalguía de mayor abolengo y riqueza de los linajes allí establecidos, sus méritos personales le labraron un futuro prometedor, primero por la cátedra docente que ocupó en Salamanca y sus altas dotes como maestro y, además, por la confianza que los Reyes Católicos depositaron en él al nombrarlo preceptor del malogrado príncipe heredero don Juan, lo que le hizo emprender una envidiable carrera tanto eclesiástica como por sus servicios a la Corona. Nuestro objetivo aquí no ha sido otro que vislumbrar sus relaciones parentales y sociales, obviando su brillante cursus honorum en ese doble rol de servicio al altar y al trono.