Abstract
Heráclito rechaza el antropomorfismo en todas sus facetas y en su lugar propone filosofar desde el filo de una espada, justo en el medio de la oposición universal, es decir, afirmando y negando a la vez. Hablamos de forma y proceso, devenir y ciclos...en sentido objetivo y subjetivo, pero finalmente lo único que permanece es la espontaneidad y la trágica inocencia del Logos. Por tanto, el ser humano debe entenderlo y sintonizar con esta neutralidad ontológica –eso significa estar despierto–, fluyendo y confiando en el universo inconmensurable que es su hogar