Abstract
Horacio, quien en sus Sátiras y Epístolas concede amplio espacio a personajes y situaciones de la vida cotidiana romana de finales del s. 1 a. C., documenta, integrándose en una antigua tradición de tratados de gastronomía en verso, las diversas tipologías de la comida diaria: platos frugales, o más refinados y hasta banquetes trimalciónicos junto con hábitos culinarios del campo opuestos a los de la ciudad; es decir, una importante variedad culinaria descrita en las distintas comidas del día, especialmente la más copiosa, la cena, en una gradación de lo simple a lo complejo que permite conocer un gusto horaciano sobre los modos de alimentación coherente con su ideal de frugalitas y de aurea mediocritas en otros aspectos de la vida.