Abstract
Para el común de las personas el proceso del conocimiento abarca desde el momento que el recién nacido empieza a ver manchas de luz y color carentes de significado. En poco tiempo llega a entender lo inmediato, tal como ocurre con el resto de los animales. Luego, va adquiriendo los conceptos de pasado y futuro e incorpora el lenguaje. Para que las impresiones sensoriales, que transmiten mensajes de la realidad, adquieran significado, deben ser estructuradas por redes conceptuales, que son fundamentalmente lingüísticas. De ahí la importancia de analizar significados, de no renunciar a la función argumentativa del lenguaje, de no quedarnos en el nivel puramente sensorial.