Abstract
Con este artículo se pretende indagar en el origen del mal moral. Se comienza planteando las aporías que se suscitan entre la libertad y el mal, así como entre el no ser del mal y sus efectos perniciosos. Remontándonos al primer pecado, intentamos responder al interrogante sobre cómo en la obra de la creación, buena en sí misma, pudo introducirse el mal y acudimos para ello al autoengaño sobre la jerarquía de los bienes, posibilitado por la noción poliana de límite mental. Por fin, examinamos cómo tras el primer pecado quedan deformados el conocimiento cabal del bien y la distinción nítida entre los medios y el fin, que son condiciones para el obrar con rectitud.