Abstract
Uno de los leitmotivs del pontificado de Benedicto XVI es mostrar al pueblo cristiano la necesidad que tiene de conocer su propia fe y testimoniarla de modo completo, sin reducciones. Su especial conocimiento de la situación eclesial contemporánea le ha llevado a denunciar numerosas veces la fragilidad de la fe, que es paralela a la de la razón. Por ello, al convocar este «Año de la fe», quiere no sólo recuperar el sentido verdadero de la fe, sino ensanchar también el horizonte de la razón. Tratando de comprender la naturaleza de la fe, hemos descubierto dos vías que pueden influir en un nuevo concepto de razón más amplio: la imprevisibilidad y la irreductibilidad.