Abstract
Constituye un lugar común en la filosofía de Kant, reducir el papel del cuerpoal aporte que las intuiciones sensibles ofrecen para el conocimiento fenoménico.Otro lugar común lo constituyen las restricciones que para con éstos,se establecen dentro de la filosofía moral. Desde ambos horizontes lasfunciones tanto de la sensibilidad como de la corporalidad, se presentancomo subordinadas, bien al entendimiento teórico, bien a la razón práctica.El propósito de este artículo está destinado a señalar el rol de primer ordenque ambas facultades, poseen para la comprensión del todo de la existenciahumana. Para ello, ciertas consideraciones kantianas ofrecidas en su Antropologíaen sentido pragmático, como en su estética filosófica, resultan reveladorasdel alto valor que ambos fenómenos tienen para su filosofía.