Abstract
Dentro del indudable atractivo que provoca hoy día el estudio del siglo XVI, queremos ofrecer la visión de un trabajo local, realizado bajo la óptica de una familia de maestros de obra moriscos: la familia Orejón. Pretendemos dar a conocer la protección de la nobleza a sus criados moriscos que encuentran gran número de obstáculos para realizar su trabajo diario por parte de los cristianos. En el presente trabajo, dejando al margen las cuestiones artísticas, damos una aproximación sobre la formación de una red de parentesco y su actuación en la ciudad determinada: Guadalajara, sede principal de asentamiento de la familia Mendoza.