Abstract
El artículo busca mostrar que existe un grupo de filósofos y una filósofa en Chile que recepcionaron, tradujeron y explicaron la fenomenología de una manera más bien histórico-filológica que sistemático-problemática. Esta situación se explica, por varias razones, porque efectivamente estaban accediendo a un pensar que no tenía una larga tradición; que esas reflexiones fueron planteadas en textos originalmente en idioma alemán, lo que exigía múltiples esfuerzos de traducción; pero que también se debe a un modo de hacer filosofía en Chile, más bien centrado en un canon filosófico, que en el desarrollo del pensamiento propio y original.