Abstract
Una educación democrática, inclusiva y atenta a la diversidad tiene que serlo en todos sus ámbitos, también en el de los contenidos. Cuando cuestionamos los contenidos de las ciencias sociales escolares y las personas que los protagonizan con perspectiva de género llama la atención, en primer lugar, la ausencia de la mujer como sujeto histórico y social. Preguntarnos por el eje identitario del género nos permite cuestionar todas las identidades invisibilizadas en la construcción heteropatriarcal del currículum. En este artículo planteamos la importancia del concepto de la interseccionalidad para repensar los contenidos curriculares y sus protagonistas afrontando las identidades desde el reconocimiento de la diversidad y entendiéndola dentro de las relaciones de poder y discriminación, algo fundamental si aspiramos a una educación que no sea reproductora de desigualdades sino crítica, comprometida y transformadora.