Abstract
La siempre latente posibilidad de ver que la filosofía abandone las escuelas se revisa en este texto a partir de las categorías de análisis propuestas por la teoría de la injusticia epistémica, según la cual las limitaciones, en términos de silenciamiento o de falta de reconocimiento, a que son sometidos algunos individuos cuando se les considera indignos como miembros de una comunidad epistémica representan una forma de acallamiento de su agencia epistémica. Esta perspectiva no solo permite considerar una nueva dimensión del asunto de la presencia de la filosofía en los planes de estudio escolares, sino también formular propuestas para que la enseñanza de la filosofía ayude a superar algunas de las injusticias que ella misma ha ayudado a invisibilizar.