Abstract
En la actualidad, la ética está excesivamente centrada en la reflexión y en el establecimiento de reglas, de normas. Muchos debates sobre ética empiezan o acaban en la reflexión sobre qué normas o reglas deben aceptarse pública o universalmente, sobre cuáles de ellas deben ser leyes civiles, sobre qué comportamientos la ley civil debería prohibir y por qué. A juicio del autor, este hecho supone un reduccionismo y hace olvidar que lo más importante de la ética es el desarrollo integral del individuo. Las reglas tienen su importancia en ética, pero no son el factor más relevante en ella porque no son suficientes para ayudar al individuo al desarrollo de sus capacidades, para su vida buena. El artículo muestra cómo la virtud juega un papel fundamental en ese proceso.