Abstract
La crítica de arte de Manía Zambrano presenta el lugar privilegiado que fue la pintura para ella. Al transcribir sus contemplaciones, revela un medio adecuado para entrar en los cuadros: la razón poética, que constituye una nueva estética basada en la fidelidad hacia la realidad originaria y en la revelación de una presencia. Zambrano define la pintura como un acto creador que brota de la odisea del artista hacia sus entrañas y hasta la revelación siempre incompleta del originario. Se trata de entender la expresión de tal presencia enigmática por el arte pictórico y por la razón poética, analizando la coherencia entre los principios de la estética zambraniana con su propia escritura de crítica de arte. Los motivos aurorales de la pintura y las metáforas aurorales de la razón poética aceptan el reto de la presencia inefable acogiéndola en una forma que se vuelve promesa de trascendencia y de revelación para el contemplador y el lector. El motivo del fuego en Santa Bárbara del Maestro de Flemalle y su contemplación transcrita por Zambrano nos acompañan con la misma intensidad. La razón poética constituye una estética por situarse en un plano de libertad-obediencia radical, abriendo la puerta de la paradoja del hombre, centro de revelación y de creación.