Abstract
En Montaigne, el yo es producto de la pluralidad y no existe separado de la naturaleza. En Descartes, por el contrario, la “voz de la razón” justifica una soledad que renuncia al cuerpo, a los sentidos y a la voz de los demás. Según Montaigne, el saber se busca en permanente relación con el mundo, sin la expectativa de una certeza absoluta que superaría nuestra pequeñez natural. Según Descartes, la investigación individual es más segura que aquella en la que varios intervienen. Sin embargo, la diferencia entre ambos pensadores no se limita al plano del conocimiento. Tiene en realidad raíces biográficas y, sobre todo, responde a dosvisiones de la condición humana profundamente contrapuestas.