Abstract
Discutir con los amigos es fácil. Es más difícil discutir con quien no comparte nuestros valores íntimos y preciados, con quien ofende nuestras creencias, deshonra nuestra fe y esperanza o se ríe de nuestras opiniones. ¿Cómo se ha de actuar en estos casos? ¿Con la espada y la ira en la mano, la indiferencia y el silencio, o el argumento y la palabra? ¿Y si no se puede ya razonar? ¿Cuando uno topa con el límite insalvable de la impotencia de la razón se ha de acudir entonces a la potencia de la brutalidad? ¿Se puede, en breve, discutir con el “enemigo”? Este trabajo es un intento teoréticofilosófico por pensar analíticamente, modos de responder a estos interrogantes. Se busca examinar los límites, posibilidades y confines de la libertad de expresión, vista desde una teoría realista de la argumentación y de la pragmática del discurso normativo. Como ejemplos explicativos se toman conflictos generados por los grupos radicales, las sectas religiosas, los movimientos sociales violentos, entre otros.