Los peligros de la distracción
Abstract
Existe una opinión, que ha pasado a ser un lugar común. Y fue Platón el que la echó a rodar, irónicamente, primero a raíz de un percance que le ocurriera a Tales de Mileto; luego, con más reverencia, a raíz de los hábitos de su maestro Sócrates. Lo que Platón narra de Tales es que por estar contemplando el firmamento no vio lo que estaba delante de su nariz, y cayó en un pozo, con gran hilaridad de la servidumbre que lo miraba. Y quién no recuerda al Sócrates que nos describe Platón: bajo la lluvia o la nieve, sin percatarse de ellas, sumido por largas horas en sus pensamientos, aparte, como tomando distancia para reencontrarse de un modo más productivo con los otros.