Abstract
El elemento primario de lo social es vivir en un ethos, implicados con el mundo, con los otros y con nosotros mismos. En diálogo con Hegel, este artículo muestra el aspecto crítico social de dicho planteamiento. La vida ética no es obediencia ciega a un destino ni quedarse en un círculo vicioso en el que solo se repiten costumbres, sino que contiene un grado de reconocimiento y apropiación que permite ver y alterar estas determinaciones cuando ya no hacen inteligible el mundo, cuando no son racionales. Estas posiciones son elaboradas confrontando las lecturas que Habermas y Honneth adelantaron de Hegel.