Abstract
Entre 936 y 941, ‛Abd al-Raḥmān III fundó, a algunos kilómetros de Córdoba, una nueva ciudad, Madīnat al-Zahrā’. ¿Qué papel va a desempeñar, a partir de entonces, cada una de estas ciudades en la dirección del estado omeya? Las numerosas referencias de los cronistas árabes y los vestigios arqueológicos dan a conocer el funcionamiento simultáneo de estas dos ciudades, que constituyen un ejemplo bien documentado de uña capital con doble polaridad: Córdoba y Madīnat al-Zahrā’ funcionan como dos núcleos urbanos independientes, cada uno con su administración propia. Pero, al mismo tiempo, las dos ciudades funcionan como una sola y única ciudad, la capital de al-Andalus, y entre ellas distribuye el califa las manifestaciones de su poder.