Abstract
Si algo hemos ido aprendiendo a lo largo de los años del crecimiento y de crisis es que la riqueza no se esconde en la cantidad, en la acumulación de cantidades, en el aumento de un quantum voraz cuyos límites son ilimitados, al menos, insaciables. Y sin embargo esa enorme cantidad acumulada de cosas no se ha convertido en riqueza social, pues ni ha llegado a la sociedad, ni ha maximizado sus potencialidades, ni ha potenciado las grandes capacidades de los seres humanos, ni ha hecho más soste..