Abstract
Hay tres asuntos principales que están bajo discusión pública dentro del Aristotelismo de los siglos XV y XVI. El primero es de carácter metodológico y se refiere al rol de la evidencia científica. El segundo se trata de la inmortalidad del alma. Ambos son bastamente estudiados en los siglos XX y XXI. La tercera cuestión se relaciona con las características y el rol del primer motor, que es Dios mismo. Este argumento, que involucra a casi todos los académicos más importantes del humanismo renacentista, es poco profundo en comparación con los otros, incluso cuando juega un papel importante tanto desde el punto de vista filosófico, como desde el teológico. Puede ser útil examinar cómo algunos pensadores de los siglos XV y XVI, tales como Elia del Medigo, Tommaso De Vio y Marco Antonio Zimara, han tratado de reconciliar la causalidad del primer motor aristotélico, que no aporta a la creación, con el concepto bíblico de Dios. En particular, la discusión se enfoca en la manera en que el primer motor, que provee el único movimiento diario de los cielos, también pueda en alguna manera ser productor del ser.