Abstract

Si hablamos de derechos humanos en Latinoamérica hoy, los más básicos están comprometidos y desatendidos desde el poder económico y político, cuando no abiertamente violados. La democracia representativa que se impuso sobre las dictaduras militares de los años setentas, estipuló cierto margen de establecimiento de reglas en cuanto respeto a algunas garantías personales y legales elementales: la posibilidad de asociarse, de reunirse, de transitar sin restricciones y de opinar sin abiertas represalias han alcanzado lugar, y es de reconocer que ello no es poco si se lo compara con la desastrosa situación anterior de cercenamiento sistemático de las libertades más básicas. Al respecto, cabe siempre una reflexión: de ninguna manera es comparable la condición de violación de garantías, en cuanto a su magnitud, que se da en casos de dictaduras abiertas con relación a la que se da en las democracias parlamentarias, con las enormes limitaciones que estas últimas pudieran guardar. No nos referimos al repudio ético y político que en ambos casos se concita, por supuesto equiparable; sino al hecho de que en casos de militarización del aparato de gobierno, las violaciones a los derechos se convierten en permanentes, sistemáticas y estructurales, constituyendo ya no una violación de la normativa sino más bien el criterio de establecimiento de la normativa legal misma, la cual se pervierte al ser dictatorial y arbitraria. La democracia parlamentaria muestra sus evidentes sujeciones a ia concentración económica capitalista; pero ello no debe llevar a la conclusión - ciertamente falsa - de que constituye una especie de dictadura pura del capital, y que por ello es comparable con la dictadura a secas. La condición elemental para la existencia de derechos es la presencia de un Estado de derecho: advertir sus límites debe llevar a exigir la ampliación sistemática de los espacios democráticos como búsqueda de fidelidad a la lógica misma de lo democrático, no como su posible abolición. En esto, los latinoamericanos pareciera que estamos de acuerdo, en tanto los regímenes democráticos abiertos en los años ochenta se han consolidado. Palabras clave: derechos; Latinoamérica; democracia; dictaduras.