Abstract
A partir de mediados del siglo XIX, y como rechazo de la historiografía del arte subordinada a sistemas filosóficos universales, el Formalismo intenta desarrollar la Historia del Arte como disciplina científica a partir del principio de la autonomía artística. La expresión más acabada de los métodos formalistas se encuentra en los conceptos de Wolfflin y en su explicación del paso entre el Renacimiento y el Barroco. Las ideas del Formalismo tuvieron una resonancia permanente en el desarrollo de las vanguardias y su interés por el predominio de la forma artística. Pero, de la misma manera, estas ideas participaron en la crisis de toda la Modernidad. En las últimas décadas han aparecido nuevas perspectivas que intentan recuperar sus aportes para la disciplina de la Historia del Arte y la práctica de la crítica.